Cómo acabé inmersa en esta pantomima circense es algo que, a día de hoy, aún no tengo muy claro. Yo juraría que todo empezó siendo un ingenuo juego de niños pero, en algún momento durante la madrugada, la inocencia se me escapó de las manos y salió corriendo. Supuse que la muy boba andaría jugando al escondite entre las fauces de alguna de las fieras (siempre le gustó el sabor de un buen chute de adrenalina), así que fui a buscarla creyéndome que en este espectáculo yo formaba parte de la cuadrilla de las domadoras. Sin embargo, al cerrar las rejas de la jaula advertí que, en realidad, los del circo me habían tomado por una marioneta y tuve que enfrentarme a las bestias completamente indefensa, sin látigo. Al no tener a nadie que moviera los hilos que me habían colocado alrededor de mis extremidades, el público creyó que acabaría despedazada al primer mordisco...
(Continuará)
lunes, 23 de febrero de 2009
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1 comentario:
yo te ayudare a cortar los hilos!!
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