lunes, 29 de septiembre de 2008
La extraña
Esta mañana, al despertarme, me he buscado y no he sido capaz de encontrarme. Ni siquiera en el espejo. En mi lugar, se me ha aparecido una figura extraña poco amigable. Nos hemos mirado, largamente. Ella me observaba con ojos cansados rodeados por profundas ojeras violáceas. Con ojos apagados de día nublado. Pero lucía un traje nuevo que le sentaba realmente bien. Yo no tenía muchas ganas de hablar, pero la imagen ha empezado a hacerme preguntas, inquisidora. Quería saber cosas…cosas estúpidas. Que quién era yo, que si sabía hacia donde iba, que qué me hacía reír y por qué ya no era capaz de recordar mis sueños de infancia.. No he sabido qué contestar. Andaba demasiado ocupada en juzgarla. Y además, ¿con qué derecho me preguntaba nada sin conocerme? Si se veía perfectamente que ella estaba mucho peor que yo. Así que la miré con desprecio, la verdad sea dicha, y apagué la luz. Al rato, cuando entré al lavabo para lavarme los dientes, vi que ya se había marchado y mi reflejo se me apareció nuevamente en el espejo (Creo recordar que eso fue después de ponerme colorete y un poco de rímel).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario